Navarra no se puede entender sin la huella trazada por la Ruta Jacobea que a su paso ha dejado innumerables iglesias, monasterios y hospitales al servicio de los peregrinos. La ruta que el rey navarro Sancho III el Mayor promovió en el siglo XI llegó a establecerse como oficial del denominado Camino Francés.
Dos grandes itinerarios cruzan el Reyno de Navarra: el que entra por la legendaria Orreaga-Roncesvalles y baja por Pamplona, y el procedente del Pirineo aragonés, que pasa por Sangüesa. Las dos vías se funden en Puente la Reina, cruce de caminos, para continuar hacia Estella y, tras atravesar Viana, dirigirse hacia La Rioja. Existen en la Comunidad otras rutas menores: el Camino Baztanés y la Ruta del Ebro.